Cuando se trata de Derecho Administrativo todo el mundo se siente como David frente a Goliat. Enfrentarse a la maquinaria administrativa y burocrática del Estado sin especialistas que guíen y aconsejen es una autentica temeridad, por no decir locura, con un final catastrófico y desesperante. Nuestra experiencia y diligencia garantizan los mejores resultados a nuestros clientes para al desarrollo de sus proyectos y reclamaciones.
El Estado, al igual que el suelo sobre el que se halla situado, no es un patrimonio. Consiste en una sociedad de hombres sobre los cuales únicamente el Estado tiene derecho a mandar y disponer. Es un tronco que tiene sus propias raíces.