Sin duda, divorciarse es un mal trago que muchas personas se ven obligadas a sufrir, y se suma a ese mal momento las dificultades jurídicas que nos podemos encontrar. Por eso lo más importante es que conozcamos las diferencias entre los distintos procesos que hay, para que divorciarnos no suponga una pesadilla.
Si ambos cónyuges están de acuerdo lo mejor es un divorcio de mutuo acuerdo donde ambos cónyuges deciden disolver el vínculo matrimonial y regulan entre ellos, la liquidación de la sociedad de gananciales, si la hubiera y se quisiese realizar, y las relaciones paternofiliales, en caso de que haya hijos menores.
Para ello es necesario ponerse en contacto con un abogado y procurador, (vale el mismo abogado y procurador para ambos cónyuges), y facilitarle la siguiente documentación:
- Certificado de matrimonio
- Certificado de nacimiento de hijos, si los hubiera.
- Certificado de empadronamiento.
- Libro de familia (no es imprescindible pero mejor presentarlo).
Con estos documentos ya nuestro abogado elabora un convenio regulador según lo que los cónyuges consideren, y posteriormente redactará la demanda de divorcio de mutuo acuerdo a la que acompañará el Convenio Regulador firmado por ambas partes. Después de eso solo queda la ratificación ante el Juez, y estará divorciado!!
En cambio el divorcio contencioso, es más farragoso y caro debido a que ambos cónyuges tendrán que contratar abogado y procurador (cada uno el suyo), y con la documentación anteriormente citada, el abogado redactará demanda de divorcio contencioso, con las medidas que deberán regir en cuanto a los menores, si los hubiese, y posteriormente se esperará hasta el acto de juicio donde ambas partes declaran y el juez finalmente decidirá mediante sentencia imponiendo a ambas partes la decisión que considere más acertada. No obstante el divorcio siempre se efectuará.
Aunque no lo parezca este procedimiento es mucho más largo, normalmente alrededor de un año y medio o dos, puede haber hasta dos vistas si se solicitan medidas provisionales para regir respecto de los hijos hasta que se dicte sentencia y por supuesto es más caro.
Por eso, nosotros los abogados, recomendamos siempre que se intente hacer de mutuo acuerdo, porque como dice una máxima en derecho, “siempre es mejor un mal acuerdo, que un buen juicio”
María Adeva, abogada de Laboratorio Jurídico
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